lunes, 22 de octubre de 2012

Verano en Cadaques

De María Magdalena del Rosario Amengual Ana María en la ventana. Sus ojos descansan en el paisaje de gaviotas y de barcos. El mar calmo de la Bahía de Cadaques se mete en su mirada y estampa mástiles y alas. Azules y grises que se recuestan en las casas blancas de la costa cercana. La playa amanece. Las olas han borrado todo rastro humano. Pequeños animales se sumergen y emergen con cada ola. Ruedan. El aire canta olores que el viento barre por las estrechas calles del caserío. Recuerda el rostro suave de su madre rezando a esa hora de la mañana y su cuerpo se agita, imperceptible, confundido entre el recuerdo y el viento fresco. El agua va cambiando con el sol, los barcos han alcanzado la profundidad del océano. La nostalgia de la hora es cristalina. Las voces de Federico y Salvador la devuelven al presente.

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